practica con fines especificos

La práctica con fines específicos orientada al Modelo de Esfuerzos de Gile

La práctica con fines específicos consiste en trabajar estableciendo previamente unos objetivos concretos y bien definidos. Se trata de una metodología muy interesante para optimizar tus sesiones de estudio y llegar a dominar el tema que te propongas.

En la práctica con fines específicos la clave está en aislar las competencias y tareas asociadas, elegir la que vas a practicar durante esa sesión o esa semana, planificar cada una de las sesiones de estudio siempre con un objetivo concreto en mente, evaluar el rendimiento y el resultado de cada sesión y no olvidar también establecer un tiempo de descanso.

¿En qué consiste la práctica con fines específicos?

El objetivo de esta metodología es sacar el mayor rendimiento posible al tiempo de estudio. Por ello es fundamental tener muy claros los objetivos que queremos alcanzar otorgando a la sesión un nivel de concentración máximo.

La utilización de esta metodología marcará la calidad y eficiencia de nuestra sesión de estudio. No obstante, hemos de tener presentes unas premisas esenciales:

  1. Identificar qué habilidad se quiere practicar: descomponer y elegir la que te resulte más complicada. Orienta tu atención hacia la competencia concreta que quieres mejorar y funda tu práctica en ella.
  2. Establecer metas muy específicas y realistas porque te ayudará a mantener la motivación.
  3. Ser constante y persistente: practica al menos días a la semana. No es necesario que sea mucho tiempo, pero sí que lo realices de una manera constante.
  4. Incrementar gradualmente el nivel de dificultad.
  5. Evaluar cada sesión de estudio: si puedes contar con algún/a mentor/a que te guie, perfecto. Practicar en grupo es muy positivo, pero siempre con personas diferentes.
  6. Observar a las personas más cualificadas, preparadas y experimentadas en cada uno de los temas que trabajes y aprende de ellas.

La práctica con fines específicos orientada al Modelo de Esfuerzos de Gile.

Dado que la tarea de interpretación es un proceso muy complejo resulta muy interesante practicar con fines específicos a la hora de abordar su estudio. Por ello, vemos necesario aplicar esta metodología al Modelo de Esfuerzos de Gile que identifica las competencias que debe tener un intérprete para realizar su trabajo de manera profesional. 

El Modelo de Esfuerzos de Gile comienza con el esfuerzo de escucha y análisis. A mí me gusta enfatizar que ésta debe ser una escucha atenta, lo que implica una concentración absoluta. Por ello, es muy interesante que tus prácticas tengan como fin específico el entrenamiento de la atención, la concentración y la comprensión. ¿Por qué de la comprensión? Porque si no hay comprensión estás oyendo, no escuchando.

Para una adecuada comprensión debes dominar los registros en tus lenguas A, B y C. Puede ser interesante para lograr una adecuada comprensión y exponerte a distintos registros, que escuches la radio y podcasts. Esta práctica te ayudará también a adquirir un amplio bagaje cultural imprescindible para realizar una buena prestación. Así, para el esfuerzo de producción es importante tener una absoluta comprensión del discurso ya que te permite solventar imprevistos durante la interpretación con profesionalidad.

Igualmente, el intérprete debe trabajar la memoria concienzudamente y de una manera rutinaria. Es esencial tener una gran capacidad de retención de información.

PROPUESTA DE PRÁCTICAS

Hay que ver el modelo como un proceso lineal, como una carretera en la que marcamos pequeños hitos que son las tareas que es necesario realizar. Llevarlas a cabo implica que trabajemos una o varias destrezas independientemente. De hecho, incluso cuando esté interpretando, es decir realizando el proceso completo, se puede practicar.

De este modo, para trabajar la simultaneidad de tareas que forman parte del proceso interpretativo te propongo estas dos prácticas para la interpretación simultánea:

  1. Busca un discurso en el que el orador hable a una velocidad normal (100-120 palabras por minuto, si no, lo ralentizas un poco) con una buena articulación y un ritmo pausado:
    1. Práctica 1: podemos trabajar la reformulación y la utilización de sinónimos que pueden ser de registro alto o bajo dependiendo de lo que buscamos. Es muy interesante imaginarnos que nos dirigimos a un público infantil porque en ese caso la claridad del concepto ha de ser meridiana. De hecho, nos sirve para ver si nosotras mismas hemos entendido el mensaje. Si subimos el registro trabajamos con estructuras gramaticales más complejas y sinónimos de alto registro.
    1. Práctica 2: vamos a empezar a interpretar cuando el orador haya terminado una oración o idea para así trabajar la memoria a corto plazo o memoria de trabajo y la disociación.

Recuerda que alcanzar la excelencia pasa por poner en marcha la práctica con fines específicos en tus sesiones de estudio.

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